17.1.11

Las intermitencias de la muerte

“Al día siguiente no murió nadie”, es la llamativa premisa con la que el Nóbel portugués José Saramago inicia “Las intermitencias de la muerte”, un libro ágil que representa al autor desde la página uno. La obra, publicada en el 2005, expone a un brillante Saramago que da rienda suelta, una vez más, a su lapidaria e inteligente crítica social.
A medida que el relato avanza, la población del país “sin nombre” en donde se produce el extraño fenómeno, transita una metamorfosis. Del júbilo originario al caos final y a la necesidad de que la muerte vuelva. Gente enferma que cada vez está peor, parientes que se convierten en cargas, empresas funerarias sin sentido y seguros de vida innecesarios. Todo este proceso y los correspondientes problemas que surgen a medida que pasa el tiempo dejan en descubierto las miserias de la sociedad condenada a la inmortalidad.
Como acostumbran sus obras, Saramago parte de un supuesto inverosímil y deja una pensada reflexión. En menos de trescientas páginas, una historia fabulosa que nos invita a pensar: ¿Qué pasaría si la muerte dejara de matar?

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